Una de las experiencias más típicas y sin duda más divertidas que puedes vivir en Marrakech es visitar su mercadillo, eso sí debes pasear entre los puestos prestando atención en todo momento porque por allí pasan motos, carros y bicis como si fuera una carretera, así que mejor siempre estad alerta ;). Comprar alfombras, babuchas, bolsos de paja, especias, aceites y otros productos típicos se convierte en toda una experiencia allí gracias a las negociaciones en los precios, a los vendendores les divierte y a nosotros también así que es la forma de comprar perfecta. Nunca aceptes el precio inicial que te digan, siempre tiran por lo alto, así que ofrece más o menos la mitad de lo que te digan y empieza desde ahí la negociación, puedes conseguir cosas preciosas a precios increíbles, pero tampoco seas tacaño y recuerda que las personas que están allí viven de eso. Nosotros disfrutamos como niños negociando, sobre todo mi amiga Kelsey que se llevó a casa medio mercadillo, yo en cambio no compré demasiado, un par de babuchas y un bolso de paja, no tenía demasiado espacio en la maleta y lo que más me apetecía comprar eran alfombras, así que tendré que volver a por ellas con la maleta vacía ;).
Pasamos por el mercadillo más de un día, lo teníamos muy cerquita de nuestro hotel, pero sobretodo para comer en restaurantes como NOMAD, el cual os recomiendo, o para hacer fotos para un pequeño editorial que hice para Revolve y que pronto os enseñaré.
Este día opté por llevar un vestido azul y blanco de Tularosa, una de mis marcas favoritas, me encantó por su corte boho y los detalles de volantes en la manga, perfecto para llevar en verano combinado con unas alpargatas, sandalias de cuerdas o con unas babuchas ;). Espero que os gusten las fotos y como siempre gracias por estar detrás de la pantalla. Muuua!!!